miércoles, 9 de mayo de 2012


Definir el olvido

   Una de las peores sensaciones que padece el hombre, es la de estar asustado.
  Pero lo que a uno realmente lo marca para toda la vida, es la sensación del olvido, de que te olvidaron.
  Muchos me dijeron “olvida”, otros “hay muchas” o “esto continua”. Y otros mas descabellados, de esos que clasifican todo, me dijeron que a nuestra edad no nos enamoramos, si no que tan solo nos obsesionamos.
  Olvidar a quien te ha olvidado es difícil, pero olvidar a quien amas desaforadamente es mucho más difícil. Ya que siempre una llama de esperanzas nos aguarda en lo lugares mas recónditos de nuestros pies. Lo que olvidamos se va a nuestros pies. Se transforma en sombra y la sombra permanece hasta morir. Ya luego la tierra la cubre y desaparece para que podamos dormir con lo que no hemos olvidado. La sombra se forma de aquellas esperanzas que alguna vez fueron ideas a punto de ser proyecto. También contiene malas ganas y llamas apagadas, de vez en cuando se lleva muertes y los atardeceres más desesperados.

   Olvidar, es definitivamente, el verbo más negativo. El olvidar contiene negaciones, en su mayoría tristes y de desesperación a la falta de respuestas que queremos, nos den.”

Por: Juan Drube.


Siganme los buenos! (Marcha de La memoria por la verdad y la justicia, Cordoba Argentina) 

   Uno vio la marcha de personas inocentes y personas que no merecen andar libres e infiltradas y camufladas. Estaban todos ahí. Gente que sabía muy bien por lo que luchaba, gente que despertó, y ahora mira con desvelo orgullo el presente. Niños, muchos niños y niñas que no saben y juegan, pero seguro sienten una buena vibra, que los aleja del aburrimiento y las ganas de algún capricho.
   Qué es lo correcto y qué no lo es. Solo sé que no interrumpiré a aquellos que sigan el mismo camino que la masa, por que ahí estarán todos unidos por un mismo azar que los ha condenado a veces y otras los liberó. Cada estrella aporta su pequeña porción de luz a la inmensidad del cielo. Así que sigamos todos a la Luna, por que ella es la libertad, la justicia y la victoria de la luz.
   Ver a señoritas de esa edad con pañuelo en la cabeza, y ver los carteles blanco y negro cada uno con un rostro amable y sereno, genera en el aire una tensión que espero, les llegue a quienes deben temerla.
   Iluminado sea el portavoz y respetuosas sean sus palabras. Para que estén limpias, por que ese es el camino que nos toca. “Presente” con la justicia, “presente” ante los innombrables, seres sin vida pero que respiran, almas que el azar alguna vez les lleve el arrepentimiento. Necesitamos ser humildes y pulcros a la hora de dar juicio y pasar la voz. Debemos caminar, correr y respirar siempre con fuerza y fe de que lo bueno llega. Y llega por que esas señoritas, sus hijas, sus hermanas y amigas y las almas de treinta mil desaparecidos entre miles y miles de latinoamericanos cuyos cuerpos no descansan en paz. Ellas y ellos luchan y vibran y son grandes.
   “Una Jacha Uru jutaskiway” significa El Gran Día está llegando. Esa frase leía en uno de los pasacalles, cuyos pies sostenidos por rostros bolivianos, será levantado una y otra vez, cada veinticuatro de marzo hasta que ese día llegue.
   Son muy importantes esos gráficos, esos que vimos caminar como gigantes por el centro. Por que en ellos está la palabra maestra, la que vive y es repetida de generación en generación, gracias a aquellos que fueron calificados con estúpidos adjetivos y palabras sin razón de ser. Los carteles de las agrupaciones cantan “victoria”, cantan “fuerza”, “justicia”, “memoria”, “resistencia”. Gritan “evita”, “che”, “Gandhi”. Veinte mil personas gritan “presente”.
   Y así, el futuro va a ser mejor, si hasta yo me conmociono por leer esas palabras y sacarlas repetidamente de mi mano. Al leerlas, mi propio ser se encargará de no olvidar que el trabajo y no la estaticidad, que el movimiento y la compañía y no la soledad ni la individualidad, traerán paz a seres que esperan y esperan. Esperan que no soltemos el micrófono y no soltemos la historia. Esperan que seamos y no dejemos de ser por que otros quieren sosegarnos y aplastarnos. Por que no es así y no voy a soltar jamas ahora que he visto esas palabras y he caminado y corrido junto a militantes, niños, abuelas y gente con fe.
   Al marchar debemos pensar y agradecer por aquellos que no caminan con nosotros, pero que se sienten vibrar, plantando arboles y flores, plantas y buenos pensamientos en nombre de aquellos que trataron de ser contra la marea de sus tiempos. Agradecer a los que con silencio en meditación, oran por la luz. Agradecer a músicos, poetas, y toda clase de artistas que marchan arriba de un escenario, y a los que prenden velas en sus comedores. Agradezcamos a muchas almas que no conocemos y que no tenemos conciencia de su parecencia pero que tienen tantas ganas de ser como nosotros. Gracias.
   Solo quiero agregar que el fuego con el fuego, siempre ha traído mas humo. Y que tal como dijo alguna mujer con arrugas en el rostro, “estamos acá, por que no hemos luchado con odio ni por venganza, si no por la justicia y la verdad”. Soy uno de los que gritan “Presente”. Soy uno de los que ama esta vida y que ningún cobarde sin cuerpo de orden a otro cobarde sin cabeza para que me calle y rebaje. Presente. Libertad!

Por: Juan Drube.

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